19 de abril de 2024

Descubrieron una “nueva entidad anatómica” en el cuerpo humano

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Científicos de los Países Bajos hallaron glándulas salivales escondidas en el cráneo que podrían tener relevancia clínica en oncología.

Cuando se creía que la anatomía estaba completamente explorada, el cuerpo humano parece haber sorprendido a los científicos una vez más: especialistas de los Países Bajos descubrieron una “entidad” que está “escondida” en el cráneo, donde se encuentran la cavidad nasal y la garganta.

“El cuerpo humano contiene un par de glándulas salivales macroscópicas, clínicamente relevantes y que fueron pasadas por alto, para las cuales proponemos el nombre de glándulas tubarias”, detallan los investigadores.

“La preservación de estas glándulas en pacientes que reciben radioterapia puede brindar una oportunidad para mejorar su calidad de vida”, aseguran en su publicación realizada la revista Radiotherapy and Oncology.

Esta nueva “entidad anatómica y funcional” con la que se toparon los especialistas, fue descubierta durante una exploración diseñada para buscar crecimientos tumorales a través de una máquina que podía visualizar tejidos en gran detalle.

Al hallar esas estructuras, los autores realizaron escaneos de la cabeza y el cuello de otras 100 personas que también estaban tratando por cáncer de próstata. Desconcertados por las imágenes, diseccionaron otros dos cadáveres, uno masculino y otro femenino. Para su sorpresa: encontraron que todos tenían estas glándulas.

Matthijs Valstar, autor principal del estudio y cirujano del departamento de oncología y cirugía de cabeza y cuello del Instituto del Cáncer de los Países Bajos recordó que si bien su equipo se mostró escéptico en un principio, el descubrimiento fue “emocionante”.

“Pensamos que era imposible descubrir esto en 2020”, se sinceró Valstar. Pero fue cauto y resaltó que es importante que se repita “con diferentes grupos de pacientes” para tener la confirmación.

El motivo por el cual las glándulas pasaron “desapercibidas” por tanto tiempo tiene que ver con que no se pueden observar con ultrasonido, tomografías computarizadas ni imágenes de resonancia magnética, según explicaron los participantes del estudio.

“La ubicación no es muy accesible y se necesitan imágenes muy sensibles para detectarla”, señaló uno de los autores, el doctor Wouter Vogel, oncólogo y radioterapeuta del Instituto del Cáncer de los Países Bajos, informa The New York Times.

El descubrimiento “podría ayudar a explicar” por qué las personas que se someten a radioterapia para el cáncer de cabeza o cuello con tanta frecuencia terminan con “sequedad crónica de boca y problemas para tragar”, explicó Vogel. Como los médicos desconocían estas glándulas, “no intentaban librarlas” de esos tratamientos.

De confirmarse, el próximo paso de los investigadores será averiguar cómo pueden preservarlas mejor y en qué pacientes, para reducir los efectos secundarios y potenciar una mejor calidad de vida luego del tratamiento.

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